lunes, 2 de mayo de 2011

El DIA DEL TRABAJADOR

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El Día Internacional de los trabajadores.

En El día del trabajador se han venido realizando varias actividades con respecto a este día. Ayer, realizo una exhibición de los bienes y servicios de varias instituciones de la ciudad. Este evento se desarrollo en la Plaza Cívica. Alfredo Villamarin, presidente de la Union de Trabajadores
En Manabí esta fecha es recordada por organizaciones como la Federación Provincial
En el Ecuador, uno de los primeros movimientos de reivindicación laboral, organizado por la confederación Obrera del Guayas, tuvo lugar el 15 de noviembre de 1922, en el gobierno de José Luis Tamayo.
La represión militar, encabezada por un general Barriga, ocasiono la muerte de centenares de trabajadores. Este desgarrador escenario inspiro a Joaquín Gallegos para que escribiera Las Cruces sobre el Agua, un legado de gran valor literario e histórico.
En este día se recuerda la jornada de lucha de los Mártires de Chicago, sindicalistas ajusticiados en los Estados Unidos por su lucha para conseguir la jornada laboral de ocho horas diarias, que comenzó el primero de Mayo de 1886 y termino el 4 de mayo, en la revuelta de Haymarket, en Chicago.
Curiosamente, en Estados Unidos no se celebra esta conmemoración. Allí celebran la fiesta de los que trabajan el primer lunes de septiembre, que se viene celebrando desde 1882 a propuesta del dirigente Peter J. MacGuire, de la Central Labor Union. Esta celebración ha sido apoyada e impulsada por los patrones y gobierno para eclipsar el sentido real del 1 de mayo.
Los hechos que dieron lugar a esta celebración están contextualizados en los albores de la revolución industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX, Chicago era la segunda ciudad de EE.UU.
Del oeste y del sudeste llegan cada año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas humildes que albergarían a cientos de miles de trabajadores. Además, estos centros urbanos acogieron a emigrantes venidos de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.
Como la ley Ingersoll no se cumplió, las organizaciones laborales y sindicales de EE.UU se movilizaron. La prensa calificaba el movimiento en demanda de las ocho horas de trabajo como “indignante e irrespetuoso”, “delirio de lunáticos poco patriotas”, y manifestando que era “lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo”.